miércoles, 28 de abril de 2010

1/2 Kilo de autoestima y 100gr. de felicidad

Recuerdo que llovia, recuerdo además lo tibio que se sentian aquellas gotas al confundirse
con las lágrimas en mi rostro, ese rostro angustiado como salido de las historias mas tristes que conocía.
Mientras pensaba en que ya era suficiente lo que había soportado, algo me decía que no aguantaría y que seguiría en aquel circulo vicioso de descontentos y de infortunios. Aquello que para la mayoría siempre sería algo simple de vencer, para mi era la cosa más dificil de aguantar en aquel momento.
Con frecuencia envidiaba la fuerza que muchos parecían tener, muchas veces me preguntaba ¿cómo es que hacían para tener algo de libertad a la hora de pensar y la confianza suficiente para que las cosas parecieran salirles de maravilla?, ¿porque me odiaba tanto?, ¿porque simplemente no era "feliz"?.

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Recuerdo que aquella vez levante la mirada al cielo, en afan de enjugar aquello que me envolvía por fuera y por dentro, me paré en medio de la acera con lo brazos abiertos sin percatarme de la gente que pasaba a mi alrededor, creo que fue uno de los momentos de tranquilidad que por primera vez sentí en mi interior. Así, mientras permanecía unos segundos en ese trance, alguién choco con fuerza contra mi espalda, salí entonces del estado en el cual me encontraba y casi tambaleandome por el golpe logré equilibrarme para no caer en la carretera llena de vehículos y buses. Cuando por fin me recobré observe a unos metros de mis pies una niña que recogía algo que a primera impresión no supe distinguir, luego observe que se trataba de algo similar a una estampita o quizá un papel.
Con una expresión de amargura y con el susto todavía dentro me acerque a ella.

-¿Por qué no tienes cuidado para caminar niña?!, ¿no viste que me has podido empujar a la pista y he podido morir?!!!.

La niña se levantó rapidamente, cogió su papelito y apretándolo fuerte con la mano me miro fijamente.

-Lo siento señorita, es que el viento se llevó mi papel y lo he estado persiguiendo
para no perderlo, fue lo ultimo que mi padre me dejó antes de que se fuera.

La colera todavía me invadía y la expresión de enojo no se me quitaba, entonces ella continuó observándome unos minutos cual prisionero en espera de una sentencia hasta que al final agachó la mirada. En ese momento pensé en el padre de la niña y en todas las cosas que le habría podido dejar de recuerdo en vez de un solo papel y ni siquiera parecia uno de esos que tiene adornos, perfumes y que además son de colores, a decir verdad su aspecto dejaba mucho que desear como para que se tratase de un obsequio, en fin, al final mi problema no era con el obsequio.

-Bueno, ya pasó, ahora dime niña ¿Acaso tu padre ha muerto?, añadi rompiendo el silencio.
-Pues no, me respondió, mi padre sigue vivo,solo tuvo que salir, al menos es lo que mi madre me dijo, ella mencionó que regresará pronto porque está cumpliendo alguna misión importante por el país.

Me tranquilizó saber eso, pues no soy buena con esas cosas del pesame y demás, por otro lado me encontraba con mis propios problemas y no tenía ánimos de entrar en llanto de nuevo, sabía que yo era sentimental para el dolor ajeno y no quería añadirme una pena más.
Estando sola en ese momento, me anime a invitarle un jugo y un sandwich en la tienda de la esquina pues la vi apenada por lo sucedido. Ella me rechazó al inicio por ser una persona extraña, pero la convenci por que era obvio que no le iba a hacer daño. Entonces de la mano la lleve a la juguería, un local acogedor, nos sentamos en unos banquitos de color rojo que hacían juego con los mantelitos de la mesa. Ella sonrió por el lugar pues al parecer esa combinación de colores le resultaba bonita. Una vez acomodadas, ambas llamamos al mesero y pedidos los jugos más grandes. Después de echarle otro vistazo al local la niña me quedó mirando fija por unos segundos.

-Has estado llorando?,¿por qué?, me dijo
-¿Como sabes que he estado llorando?
-Pues tienes los ojos muy hinchados, cuando yo lloro se me hinchan así y se ponen rojos
-Bueno sí, he llorado un poco, le sonreí
- Si fue por el golpe que te dí lo lamento, ¿es que acaso te dolió mucho?

Otra sonrisa salió de mis labios, pues las interrogantes consecutivas me causaron gracia.

-No, no has sido tú, son problemas mios, hay veces que la gente es infeliz solamente y debe superar muchas cosas para conseguir una supuesta felicidad.
-Yo soy infeliz porque mi padre no regresa aún, me dijo, y sería más infeliz si mi madre tuviera que irse también, por eso es que guardo este papel con mucho cuidado y quiero hacer lo que dice, pero no lo entiendo.

Se me vino entonces al recuerdo su papelito y volvió a aflorarme la curiosidad por lo que pudiera contener.

-Si lo he observado, pero...dime que lleva, quizá pueda ayudarte

Ella me miro con cierta duda sobre si podría mostrarme o no lo que contenía, después de unos cuantos segundos sonrió y metiendo la mano al bolsillo pequeño del vestido saco el papelito doblado, unos cuantos segundos más tardó en abrirlo y poner el contenido a la altura de mis ojos.
Al verlo mi sonrisa se esbozo en tono burlón.

-"qué cosa es esto?" - pensé

Y con mucho cuidado de no hacerle notar las cosas comencé a leer en voz alta, a fin de cuentas era su juego.

-"Receta secreta: No mostrar a nadie a menos que se note demasiado infeliz y apto para querer dejar de serlo."

"Va! y haber que hace esto por mi", pensé y continué con la lectura.

-1/2 kilo de autoestima
-2 kilos de toleracia
-200gr.de humildad
-1 litro de honradez
-pedazos de sonrisa al gusto
-2 litros lagrimas
-500gr de soledad
-1kilo de dolor
-6 tazas de decepciones
-1 cucharadita de colera

Por un minuto vi como la niña escuchaba atenta cada uno de los ingredientes que mencionaba,
imaginé que trataba al igual que yo de...saber.

- Haber haber, dije, ahora veamos como preparamos esto.

Le di una sonrisa y seguí leyendo.

-Instrucciones
mezclar medio litro de lágrimas con las tazas de decepciones, observará que se pone todo oscuro de inmediato (no tema, el color irá cambiando conforme avancemos en la receta).
Una vez suceda esto añadirle los 500 gramos de soledad, gramo a gramo percibirá que la mezcla va quedando cada vez mas gris y el sabor un poco más amargo. Déjelo reposar durante un par de días o una semana y luego de que la mezcla haya ocupado todo el recipiente hasta desbordarse añada pedazos de sonrisas frescas, una cada dia, la mezcla irá perdiendo el tono grisáceo( será justo lo que necesitamos). En cuanto al sabor, por ahora sentiremos que se va volviendo menos agrio y que la mezcla se hace más ligera.
De la misma forma como se hizo en un paso anterior debemos dejar reposar, esta vez durante un día o dos y se le podrá ir añadiendo más pedazos de sonrisas durante el reposo, ¡es al gusto!.

Si se desea agregar a la mezcla más amargor en vez de dulce no dude en añadir la cólera, los infortunios y el dolor, esto puede ir en cualquier orden. Si se ha excedido en el sabor amargo hasta el punto en donde no pueda resistirse, agréguele el medio litro de lágrimas faltantes y la mezcla se irá disolviendo poniéndose más suave, bata con fuerza hasta que la mezcla haya absorvido todo el agua. Se guardará nuevamente la mezcla dejando reposar un par de semanas, es desición de la persona hasta cuándo lo dejará para después añadirle el 1/2 kilo de autoestima, eso si...es muy importante que cuando se le añada autoestima se mezcle muy suavemente sin maltratar el preparado hasta que el amargor y lo agrio se hayan ido.

Para terminar, luego que la mezcla haya pasado por todas las fases de lo dulce y agrio se le añadirán 200 gramos de humildad, para darle frescura al preparado, la pizca de buen corazón para hacerlo más blando y los 2 kilos de tolerancia. Esto dará como resultado un producto con forma, fuerza, con un sabor agridulce delicioso, compacto y resistente.
El preparado final se podrá guardar en el recipiente del alma por toda la vida obteniéndose entonces 100gr de felicidad que durarán eternamente.

NOTA: Los ingredientes utilizados se pueden ir añadiendo en el orden que se deseen, el preparado realizado está para mostrar que la mezcla debe pasar por todas las fases y usar todos los ingredientes en algún momento. La mezcla final quedará fuerte, dulce, agria y resistente dependiendo de la cantidad que se le agregue de cada ingrediente.
No importa cuan fea se ponga la mezcla, no importa cuan horrible sepa, al final quedará todo mejor.

Al terminar de leer la receta, miré a la niña y ella me observaba con curiosidad.

-¿Lo entiendes?
-Sí, le dije y la tomé de la mano - Vamos, te llevaré a casa si deseas y hablaremos de ello.

Salimos entonces del restaurante y mientras la niña me preguntaba cosas yo imaginaba todo lo que el padre debía estar pasando esté donde esté, no podía evitar realizar comparaciones de aquel sufrimiento con el mío en ese instante de tiempo y sobre todo...imaginé cómo pudo haber sido escrita aquella receta para aquella niña.
Me encontraba ensimismada en mis pensamientos cuando sentí que dejó de llover, noté cómo es que las nubes se disipaban y el frío que hacía calaba en los huesos. Procedi entonces a cerrarme la casaca, le puse la capucha a la niña y avanzando con paso firme en el pavimento húmedo mientras la niña seguía mirando sonriente pensé...hoy podría iniciar diferente.
Las luces de la ciudad comenzaron a iluminar la negra noche y un frío, pero ligero aire, golpeó mi rostro ahora ya sonriente.

lunes, 26 de abril de 2010

Frase del día - Responsabilidad

"Es dificil tomar una responsabilidad cuando no se acepta, se convierte luego en una obligación que se vuelve una carga
conllevando a diversos sentimientos de frustración, verguenza y terminando en el fracaso constante."