De vez en cuando me pongo a pensar en lo especial que muchas de las mujeres somos, me dirán algunas que no; sin embargo, a cuantas no nos ha gustado que alguien nos de un detalle genial, un detalle inesperado, una sorpresa...
Caminaba Julia por la calle de las frutas búscando algo especial, Julia quería una fruta singular ya que su madre cuplía años y deseaba darle una sorpresa, se había acordado que a ella le gustan las granadas ,era una fruta difícil de conseguir, al menos por el lugar donde vivía;sin embargo, no se daba por vencida.
De pronto, en medio de su búsqueda observó a una pareja que discutía a voz en cuello, tanto era el escándalo que se oía que no pudo evitar quedarse parada y escuchar lo que decían.
-Eres tan egoista!- decía ella- no puedes acordarte de mi si yo no me acuerdo de tí primero.
- Pero me dices eso como si no te llamara nunca! - decía él- ¿acaso no puedes entender que no he encontrado un teléfono para poder hacerte la llamada que esperabas?!.
- Como si no hubieran teléfonos en cada esquina!!. Es más , se acerca nuestro aniversario y tú hace mucho tiempo que no me regalas algo lindo y yo no hago más que velar porque algo sea perfecto.
- No me digas esas cosas, sabes que siempre estoy pendiente del día de nuestro aniversario!,
sabes que hago lo mejor para poder pasarla bien.
- Eso es mentira!... has llegado al punto de hacerlo solo para que yo no te reclame!.
- Pero si te regale rosas rojas hace cinco meses!.
- Yo no quiero rosas rojas!..yo quisiera una rosa azul!.
La mujer se volteó iracunda, dejando parado al muchacho que con la cara roja de cólera también siguió su camino en sentido contrario.
Julia, al ver la escena se puso triste por el muchacho porque ¿dónde conseguiría una rosa azul?, parecía una tarea imposible. Felizmente ella solo debía de conseguir una fruta, aunque sabía que le iba a costar trabajo. Después de tanto caminar y habiéndo pasado más o menos una hora por fín encontro la granada perfecta.
Al llegar a su casa, se fue directamente a la cocina, su madre se encontraba ahí haciendo un pastel, para darle una sorpresa fue corriendo a abrazarla por la espalda y le deseo feliz cumpleaños, le dió su fruta y recibió un beso y un amoroso abrazo de su mamá después de aquello. Inmediatamente Julia se sentó a la mesa, esperando que su madre sacara el pastel del horno y en medio de la alegría del momento Julia se acordó de los dos jóvenes que pelearon y se lo comentó a su mamá.
- Mamá, mientras búscaba tu fruta, ví dos jovenes discutiendo mucho.
- A causa de qué discutían?.
- Ella le decía al muchacho, que era muy egoista, que él no se acordaba de ella.
- Eso suele suceder en las parejas.
-Pero madre lo más curioso fue que la joven le reclamaba que deseaba que le diese rosas azules, en vez de rojas.
- A si?
- Existen ese tipo de rosas mamá?.
La madre se encongió de hombros, se dirigió a la mesa donde Julia estaba y se sentó a su lado.
- Hija, no he visto un rosa azul en mi vida, no creo que existan. Sin embargo, creo que la muchacha lo dijo de forma metafórica.
-A qué te refieres con eso ma?
- Bueno, que la chica se puso descontenta por que su novio no le prestaba mucha atención y quizá ya no le daba tantos detalles o alguna cosa que la hiciera sentirse especial con él, por lo que cuando le pidió la rosa azul ella le estaba reclamando para que él pensara en algo diferente, en algo fuera de lo común, en algo que saliera desde lo más profundo de su ser, en algo que le costara trabajo conseguir y no solo en algo que haya encontrado al paso por ahi para salvar el momento en un día importante, ella no quería algo que siempre recibía o que todo el mundo recibía, quería por parte de su novio algo hecho especialmente para ella y que la emocionara mucho....esa era su rosa azul.
-mmmm...entonces...¿mi regalo sería tu rosa azul?.
La madre sonrió y la levantó en brazos.
- Me lo regalaste con todo tu corazón?.
- Sí.
- Te costó trabajo?.
- Sí.
- Entonces te esforzaste por mi y... ¿cómo decidiste darme algo así?.
- Por que escuché que te encantaban las granadas.
- Entonces me prestas siempre atención, ¿verdad?
- Si mamá
-Es especialmente lo que a mi me gusta.
- Te ha gustado?
- Sí, me ha emocionado, por lo tanto es mi rosa azul.
La madre sonrió, le dió un beso en la mejilla a Julia y se sentaron nuevamente para compartir el obsequio.
Las mujeres no somos tán difíciles de comprender, basta que nos den nuestra rosa azul...quizá una verde o moteada o celeste, etc... y les aseguro que será especial...será una sorpresa.